Red flags que no debes ignorar
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Desde pequeñas o pequeños nos enseñan que las amistades son para siempre. Nos hablan de lealtad, de apoyo incondicional, de compartir alegrías y tristezas. Pero ¿qué pasa cuando una amistad deja de sentirse bien? ¿Cuando te genera más ansiedad que tranquilidad? A veces, cuesta reconocer que un lazo afectivo puede volverse tóxico, y más aún, tomar la decisión de poner distancia. Sin embargo, priorizar tu bienestar emocional no es egoísmo, es salud.
Señales que no deberías ignorar
Hay actitudes que pueden parecer pequeñas o normales dentro de una amistad, pero si se repiten o se intensifican, pueden dañar tu autoestima, generar estrés o confundirte emocionalmente. Aquí te comparto algunas señales de alerta (Torres, 2024):
- Te hace sentir menos: Si constantemente te compara, te ridiculiza o minimiza tus logros, esa relación no está basada en el respeto.
- Te manipula con culpa o chantajes emocionales: Frases como “sin mí no podrías” o “nadie más te aguantaría” son formas de control encubierto.
- No hay reciprocidad: Siempre estás para esa persona, pero cuando tú necesitas apoyo, desaparece o minimiza tu malestar.
- Invade tus límites: Si no respeta tus tiempos, decisiones o espacios, es momento de poner un alto.
- Te sientes agotada/o después de verla: El cuerpo también habla. Si terminas emocionalmente drenada/o tras cada encuentro, algo no está bien
Identificar estas red flags no significa que odies a esa persona o que todo haya sido falso. Significa que estás prestando atención a cómo te afecta emocionalmente la relación, y que estás dispuesta o dispuesto a priorizarte.
Por qué alejarte también es un acto de amor
No todas las amistades están hechas para durar toda la vida. Algunas nos acompañan en ciertas etapas y luego toman otro rumbo. Alejarte no te convierte en una mala persona; al contrario, es una forma de autocuidado.
Las investigaciones indican que sostener relaciones interpersonales conflictivas puede tener consecuencias negativas en la salud mental, como ansiedad, depresión y disminución de la autoestima (National Institutes of Health, 2017). Además, seguir en un vínculo que no se siente seguro puede obstaculizar tu capacidad para confiar en otras personas y crear lazos más sanos.
Aprender a priorizarte
Salir de una amistad tóxica puede doler. Pero ese duelo es también una oportunidad para mirarte con más compasión. En ese proceso, podrías aprender a decir que no sin culpa, a establecer límites claros y a elegir relaciones que te nutran, no que te desgasten.
La psicología positiva insiste en la importancia de rodearte de personas que potencien tus recursos internos y te acompañen desde la empatía y la aceptación (Seligman, 2019). Las amistades sanas no son perfectas, pero se sienten ligeras, respetuosas y recíprocas.
Si eres padre o madre de un/a adolescente, posiblemente has notado que comienza a pasar más tiempo y a darle mayor importancia a la convivencia con sus amigas/os, pero ¿por qué pasa esto? Te lo explicamos en el siguiente artículo: Importancia del grupo de amigos en la adolescencia
¿Y si duele mucho?
A veces, terminar una amistad puede generar tanto malestar como una ruptura amorosa. Si lo estás atravesando, no lo minimices. Buscar apoyo psicológico puede ayudarte a lograr esa separación o, si ya te apartaste, a procesar el dolor, entender tus emociones y reconstruir tu confianza.
Recuerda: Tu bienestar vale más que cualquier historia compartida. Y mereces amistades que te escuchen, te celebren y te sostengan.
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Este artículo se hizo con información de:
National Institutes of Health. (2017). ¿Las relaciones sociales afectan nuestra salud? https://salud.nih.gov/recursos-de-salud/nih-noticias-de-salud/las-relaciones-sociales-afectan-nuestra-salud
Seligman, M. E. P. (2011). La vida que florece: Cómo alcanzar tu máximo potencial. Ediciones B.
Torres, M. (2024). ¿Amistades tóxicas o sanas? Claves psicológicas para diferenciarlas. Tecnológico de Monterrey. https://conecta.tec.mx/es/noticias/nacional/salud/amistades-toxicas-o-sanas-claves-psicologicas-para-diferenciarlas
*El contenido de este artículo se redacta sólo con fines informativos. No puede servir como diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional. Consulta con tu especialista ante cualquier duda.
