Dedicado a esos corazones tan grandes que a veces pesan
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Los seres humanos, al igual que todos los seres vivos, necesitamos cuidados. Cuidar es un acto esencial de la vida, pues garantiza la continuidad del grupo social a través de las atenciones que brindamos y recibimos desde el nacimiento hasta la muerte.
De acuerdo con la psicóloga Carol Gilligan, citada por Faerman (2015), tanto la obligación de cuidar como el derecho a ser cuidado son universales.
Cuidado informal
Cuando hablamos de cuidado informal, nos referimos a aquel que brindan familiares, amistades, vecinos o vecinas de forma privada, sin formación profesional y generalmente sin recibir remuneración. Este tipo de cuidado suele dirigirse a personas mayores, enfermas o dependientes, y se basa en vínculos afectivos, de parentesco y de género.
Estas características, como señalan Vaquiro y Stiepovich (2010), tienden a invisibilizar la labor y dificultar su reconocimiento social.

¿Quién cuida?
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM, 2020) define a la persona cuidadora como aquella responsable de asistir a otra que no puede realizar ciertas actividades por sí misma. Esta labor es realizada, en su mayoría, por mujeres. Pero… ¿por qué sucede esto?
Género y roles de género
Según Vaquiro y Stiepovich (2010), históricamente se ha asignado a las mujeres el rol de cuidadoras a partir de la división sexual del trabajo, que establece funciones diferenciadas por género: mientras la mujer asume el rol reproductivo, afectivo y doméstico dentro del hogar, el hombre ha sido ubicado en el rol productivo y dominante en la esfera económica.
Apego y feminidad
La psicóloga Carol Gilligan explica que esta tendencia podría tener raíces en el desarrollo de la identidad. En los niños, separarse de la madre es un paso necesario para construir la identidad masculina o la llamada “hombría”. En cambio, en las niñas, la identidad femenina no se forma a partir de la separación, sino del apego y el afecto. La cultura, a su vez, refuerza estos patrones, consolidando la idea de que cuidar es un deber natural de las mujeres.

Sobrecarga del cuidador
De esta manera, el cuidado adquiere una connotación de feminización e inequidad, donde muchas mujeres (sin empleo formal o con menor nivel educativo) se convierten en cuidadoras principales. Sin embargo, tanto mujeres como hombres pueden llegar a experimentar la sobrecarga del cuidador, también conocida como Síndrome de Burnout.
El Burnout es un trastorno caracterizado por agotamiento físico, mental y emocional causado por un estrés crónico relacionado con el trabajo o las responsabilidades de cuidado. En casos severos, puede provocar la pérdida del sentido de identidad o de propósito (INAPAM, 2020).
¿Sufres Burnout?
Algunos signos que pueden indicar que padeces sobrecarga del cuidador son:
- Sentir el cuidado como algo estresante o frustrante.
- Dificultad para concentrarte o reducir tu creatividad.
- Dolores de cabeza, estómago o problemas intestinales.
- Estrés constante y actitud negativa.
- Falta de energía para realizar tus actividades cotidianas.
- Cansancio emocional y bajo rendimiento.

¿Cómo autocuidarse?
Si estás a cargo del cuidado de otra persona, recuerda que tu bienestar también importa. Dedicar tiempo al autocuidado no es un lujo, es una necesidad. El INAPAM recomienda adoptar algunos hábitos saludables:
- Come de forma equilibrada y en horarios definidos.
- Realiza al menos 30 minutos de ejercicio diario.
- Aprovecha los momentos disponibles para descansar y dormir lo suficiente.
- Participa en actividades recreativas, sociales o culturales.
- Mantén tus relaciones familiares y de amistad para evitar el aislamiento.
- Busca capacitaciones o actualizaciones sobre el cuidado.
- Organiza tu tiempo para equilibrar tus tareas de cuidado con tus necesidades personales.
Estrategias para cuidar de ti mientras cuidas de otros
Pedir ayuda también es un acto de autocuidado. Delegar y compartir responsabilidades puede prevenir la sobrecarga y mejorar tu bienestar. Algunas estrategias útiles son:
- Organízate con familiares o personas de confianza para compartir tareas. Por ejemplo, alternar los acompañamientos médicos o los paseos.
- Adapta el hogar para facilitar el cuidado y prevenir accidentes.
- Solicita apoyo en la compra de alimentos, artículos de higiene o ropa.
- Mantén una comunicación constante con la persona a la que cuidas y con el resto de la familia o comunidad.
- Elabora una lista semanal de actividades y colócala en un calendario visible para distribuir mejor el tiempo.

Cuidar también implica mirarte a ti
Asumir el rol de cuidador o cuidadora puede nacer del amor, la empatía o el compromiso, pero también del mandato social que históricamente ha asignado a las mujeres esta tarea. Aun así, todas las personas necesitamos cuidar y ser cuidadas, pues esa reciprocidad es la base de nuestra supervivencia y bienestar como especie.
Por ello, si cuidas de alguien, no olvides cuidarte también. Practicar el autocuidado es una forma de reconocer tu valor y preservar tu salud física y emocional.
Permítete un tiempo para ti. Respira. Cuida tu mente, tu cuerpo y tu corazón, para después poder mirar por los demás. Haz cita con alguno/a de nuestros especialistas:
Este artículo se hizo con información de:
Faerman, R. (2015). Ética del cuidado: Una mirada diferente en el debate moral. Revista de Teoría del Derecho de la Universidad de Palermo, 2(1), 123-145. https://www.palermo.edu/derecho/pdf/teoria-del-derecho/n3/TeoriaDerecho_06.pdf
Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores. (2020). La importancia del autocuidado en cuidadoras y cuidadores de personas mayores dependientes. Gobierno de México. https://www.gob.mx/inapam/articulos/importancia-del-autocuidado-de-quien-cuida-a-personas-adultas-mayores-dependientes?idiom=es
Vaquiro Rodríguez, S. y Stiepovich Bertoni, J. (2010). CUIDADO INFORMAL, UN RETO ASUMIDO POR LA MUJER. Ciencia y enfermería, 16(2), 17-24. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-95532010000200002
*El contenido de este artículo se redacta sólo con fines informativos. No puede servir como diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional. Consulta con tu especialista ante cualquier duda.




