¨GRACIAS POR ENSEÑARME CÓMO PENSAR, NO QUÉ PENSAR¨
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¿Sabías que en Finlandia ingresar a la carrera de educación es incluso más difícil que entrar a medicina, ingeniería o leyes? Así es: para convertirse en docente, se requiere un promedio de excelencia en la preparatoria y la aprobación de rigurosas evaluaciones que miden conocimientos generales, habilidades comunicativas y empatía. ¿Por qué es tan exigente este proceso? Porque allá se comprende el enorme valor de quienes educan a las próximas generaciones. Ser maestro o maestra en Finlandia es motivo de orgullo y respeto social.
El Día de las y los maestros
En México, cada 15 de mayo celebramos el Día de las y los maestros, reconociendo su labor indispensable para la formación de las personas. Y es que enseñar no implica sólo dominar una materia, sino también saber llegar al corazón de sus estudiantes. A esa conexión única entre docentes y alumnos/as se le conoce como relación pedagógica.
Base del aprendizaje
La doctora en educación y sociedad, Corti (2021), explica que la relación pedagógica es distinta a cualquier otro vínculo humano: es el cimiento sobre el que se construye el aprendizaje. Cuando como estudiante te sientes escuchado, valorado y acompañado por tu docente, crecen tus ganas de aprender y tu compromiso con el conocimiento.
Y este vínculo no sólo impacta el desempeño académico, sino también el bienestar emocional de los alumnos/as. Según Rodríguez et al. (2020), incluir la empatía en el proceso educativo beneficia a toda la sociedad, ya que contribuye a formar personas capaces de reconocer, comprender y respetar las emociones de los demás.
¿Cómo logran esa conexión?
Los buenos maestros y maestras cultivan esta relación de manera consciente. Según Corti, existen cuatro elementos esenciales que la fortalecen: la corporeidad, la mirada, la palabra y el uso de tecnologías digitales.
- La corporeidad: Se refiere a la presencia física y emocional del docente, a su disposición genuina para escuchar y acompañar.
- La mirada: Comunica interés, seguimiento y reconocimiento de los avances y necesidades del alumnado.
- La palabra: No sólo importa qué se dice, sino cómo se dice. La voz puede acoger, inspirar o desalentar. Saber escuchar también forma parte de esta dimensión.
- Las tecnologías digitales: Permiten nuevas formas de interacción y refuerzan el vínculo, especialmente en contextos de educación a distancia.
Esto último ha cobrado aún más relevancia tras la pandemia. De acuerdo con Granados-Maguiño, M. A. et al. (2020), las herramientas tecnológicas requieren que los docentes adapten su forma de pensar y enseñar, ya que deben integrarlas como medios que no sólo captan la atención del alumnado, sino que también facilitan la conexión entre los contenidos escolares y los conocimientos previos que los estudiantes han adquirido en casa.
Maestros/as que dejan huella
Quienes logran establecer relaciones pedagógicas significativas no sólo enseñan contenidos, sino que impactan la vida de sus estudiantes. Algunas de esas relaciones, aunque hayan tenido un principio y un fin escolar, permanecen en la memoria y el corazón.
Piensa ahora en esa maestra o maestro que dejó huella en ti. ¿Por qué lo hizo? ¿Qué tipo de huella dejó? Es probable que esa persona contara con muchas de las cualidades que Pfennich (2021) destaca como características de los maestros memorables:
- Cree en el potencial de sus alumnos/as y los reta con afecto.
- Fomenta la expresión de intereses, gustos y talentos.
- Promueve el trabajo colaborativo más allá de la competencia.
- Enseña que los errores son parte del aprendizaje.
- Transmite alegría y vocación en su labor.
- Modela valores como la empatía, el respeto y la igualdad.
- Inspira esfuerzo, resiliencia y perseverancia.
- Prepara para la vida, no sólo para los exámenes.
- Acompaña al que más lo necesita y reta al que más puede.
- Es recordado/a, sobre todo, por cómo hacía sentir a sus estudiantes.
Maestros/as para la escuela y para la vida
Enseñar es, también, transformar. No sólo se transmiten saberes: se cultiva el crecimiento interior de cada alumno/a. Por eso, hoy más que nunca, es justo reconocer la labor docente como una pieza fundamental para el bienestar social y el desarrollo humano. Incluso cuando no reciben la retribución que merecen, siguen sembrando conocimientos, inspiración y amor.
Y también hay que hacer una mención especial a esos maestros/as de la vida: personas que, dentro o fuera del aula, nos enseñan lecciones profundas sobre el mundo, sobre nosotros mismos y sobre cómo vivir con sentido. Pueden ser docentes, familiares, amistades, modelos a seguir… o incluso quienes nos retan y confrontan. Ellos y ellas también dejan huella. También son parte de esta celebración.
¡Feliz Día del Maestro/a a quienes educan, inspiran y transforman!
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Este artículo se hizo con información de:
Corti, F. (2019). Cuatro factores para una relación pedagógica positiva. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/que-estudiar/20191105/471413895239/factores-relacion-pedagogica-positiva-abat-oliba.html
Granados-Maguiño, M. A., Romero-Vela, S. L., Rengifo-Lozano, R. A. y Garcia-Mendocilla, G. F. (2020). Tecnología en el proceso educativo: nuevos escenarios. Revista Venezolana de Gerencia, 25(92), 1809-1823. https://www.redalyc.org/journal/290/29065286032/html/
Pfennich, T. (2021). Maestras y maestros que dejan huella. Acción femenina. https://www.accionfemenina.com.mx/single-post/maestras-y-maestros-que-dejan-huella
Rodríguez-Saltos, E. R., Moya-Martínez, M. E. y Rodríguez Gámez, M. (2020). Importancia de la empatía docente-estudiante como estrategia para el desarrollo académico. Dominio de las Ciencias, 6(2), 23-50. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7467931
*El contenido de este artículo se redacta sólo con fines informativos. No puede servir como diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional. Consulta con tu especialista ante cualquier duda.
