Hablar del orgasmo femenino en terapia sexual
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Hablar de placer, deseo y orgasmo sigue siendo incómodo para muchas personas. Pero si hay un tema que, por generaciones, ha estado marcado por el silencio, los mitos y la desinformación, ese es el orgasmo femenino. Tal vez a ti también te pasó: creciste escuchando que “el sexo es para los hombres”, que “las mujeres no necesitan llegar al clímax”, o que “si no lo lograste, algo anda mal contigo”.
Pero, ¿y si te dijéramos que no hay nada malo contigo, sino con las creencias que hemos normalizado?
En este artículo, te invitamos a cuestionar esas ideas, a reconectar con tu cuerpo, y a reconocer que hablar del orgasmo femenino en terapia sexual puede ser un acto de liberación profunda.

¿Qué es el orgasmo femenino y por qué se invisibiliza?
El orgasmo femenino ha sido descrito como una serie de contracciones pélvicas involuntarias que forman parte de la respuesta sexual humana (Sedas, 2024). Sin embargo, hoy en día, muchas personas siguen creyendo que el orgasmo en mujeres y personas con vulva es “más difícil” o incluso “innecesario”. Estas ideas no sólo son falsas, también generan sentimientos de frustración, inseguridad y desconexión contigo misma.
¿Existe una diferencia entre el orgasmo masculino y femenino?
Sí, y no sólo en lo físico. También hay una brecha emocional y cultural. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de Sexología (Inmesex) de 2021, sólo el 43% de las mexicanas han experimentado un orgasmo y el 54.4% nunca se ha masturbado hasta llegar al clímax.
Además, una investigación realizada en Estados Unidos reveló que el 95% de los hombres heterosexuales llegan al orgasmo durante sus encuentros sexuales, mientras que sólo el 65% de las mujeres heterosexuales lo logran (Díaz, 2024). Esta diferencia es conocida como orgasm gap.

¿Por qué me cuesta o no logro tener un orgasmo?
Cuando no puedes experimentar el orgasmo de forma persistente, hablamos de anorgasmia. Esta dificultad no es una decisión ni un “fracaso”, sino una condición que puede estar relacionada con múltiples causas. Algunas son físicas, como el dolor durante la penetración, pero muchas otras son emocionales: ansiedad, estrés, experiencias sexuales negativas, baja autoestima o dificultades de pareja.
Para que se considere anorgasmia, esta situación debe presentarse por lo menos durante dos meses consecutivos (Sedas, 2024). Y aunque puede sentirse frustrante, no estás sola. Con apoyo terapéutico, información clara y espacios seguros, es posible sanar.
La terapia sexual como espacio para resignificar el placer
Tal vez has creído que “deberías saber cómo llegar” al orgasmo, que “es tu responsabilidad sola” o que “no es tan importante”. Pero cuando te haces cargo de esas ideas como si fueran verdades absolutas, es fácil que aparezcan la culpa, la vergüenza o el miedo al rechazo.
En la terapia sexual, puedes explorar esas creencias sin juicio, resignificar tu historia sexual y descubrir una manera más auténtica y placentera de vivir tu cuerpo. No se trata de cumplir expectativas ajenas, sino de reconectar contigo desde la amabilidad y el deseo genuino.

Beneficios del orgasmo para tu salud integral
Además de ser una experiencia placentera, el orgasmo tiene múltiples beneficios para tu salud física, emocional y mental. En terapia sexual se abordan estos efectos para que puedas reconocer el placer también como una fuente de bienestar. La fisioterapeuta especialista en salud de la mujer, Rosa Nieto (2025) comparte algunos de estos beneficios:
- Salud mental: Tener una vida sexual satisfactoria puede contribuir a la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia senil.
- Reducción del dolor: El orgasmo puede aliviar migrañas y cefaleas gracias a la liberación de endorfinas.
- Aumento del umbral del dolor: Durante un orgasmo, el umbral del dolor puede aumentar hasta en un 107%, lo que equivale a tolerar sensaciones intensas sin percibirlas como agresivas.
- Mejora del estado de ánimo: Gracias al aumento de oxitocina, dopamina y endorfinas, sentir placer fortalece la autoestima y la conexión contigo misma.
- Sistema inmunológico: Estudios han mostrado que los orgasmos frecuentes pueden elevar la concentración de leucocitos e inmunoglobulina A, lo que fortalece tus defensas.
- Otros efectos positivos: Disminuye el estrés, mejora la calidad del sueño, promueve la circulación sanguínea, mejora la piel y contribuye a una sensación general de vitalidad.
Placer sin culpas, comunicación sin miedo
El orgasmo no es una obligación, ni se trata de de alcanzar una “meta sexual”, sino de aprender a habitar el placer con libertad, consciencia y sin presiones. Y si estás en pareja, abrir el diálogo sobre el orgasmo puede fortalecer el vínculo, crear intimidad emocional y cambiar el foco del rendimiento al disfrute mutuo.
Una invitación a sanar desde el placer
Si este tema resonó contigo, te invitamos a dar el siguiente paso. En nuestra plataforma, contamos con sexoterapeutas especializados que te acompañarán desde un enfoque cálido, inclusivo y basado en evidencia.
Este artículo se hizo con información de:
Díaz, C. (2024). Mitos y verdades sobre el orgasmo femenino. Reporte Indigo. https://www.reporteindigo.com/entretenimiento/Mitos-y-verdades-sobre-el-orgasmo-femenino-20240808-0098.html
Nieto Pascual, R. (2025). Orgasmo femenino. Beneficios para la salud de la mujer. Cowoman. https://www.cowomanbarcelona.com/orgasmo-femenino/#autora
Sedas Muñoz, E. (2024). ¿Anorgasmia? Así puedes romper los mitos del orgasmo. Corriente Alterna UNAM. https://corrientealterna.unam.mx/podcast/anorgasmia-asi-puedes-romper-los-mitos-del-orgasmo/
*El contenido de este artículo se redacta sólo con fines informativos. No puede servir como diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional. Consulta con tu especialista ante cualquier duda.




