JUGAR PARA CRECER

Cómo el juego impulsa el desarrollo integral de tu hijo o hija

Tiempo de lectura: 4 min.

El juego es mucho más que diversión para tu peque. Es una actividad natural, placentera y esencial que impulsa su desarrollo físico, emocional, cognitivo y social. A través del juego, tu hijo o hija descubre el mundo, experimenta, se expresa y aprende.

¿Qué es el juego y por qué es tan importante?

Según la psicóloga Lourdes Rodríguez Mortellaro (2023), el juego es una necesidad vital para el desarrollo infantil. Le permite a tu peque descubrir su cuerpo, explorar sus habilidades y conocer su entorno, mientras se divierte y vive experiencias significativas.

Imagen

Etapas del juego según la edad

El juego evoluciona conforme tu hijo o hija crece. Jean Piaget identificó diferentes etapas que coinciden con sus procesos de desarrollo cognitivo (Jácome, 2017):

1. Juego funcional (0 a 18 meses)

Tu bebé explora su cuerpo y el entorno usando sus sentidos. Disfruta moverse, tocar, morder y manipular objetos. Por ejemplo, cuando sacude una sonaja o muerde una pelota con cascabeles, está desarrollando sus sentidos y su coordinación.

2. Juego simbólico (2 a 5/6 años)

Aquí comienza a representar el mundo a través del juego: imita roles, usa objetos como si fueran otra cosa y expresa emociones. Por ejemplo, cuando juega a ser mamá o papá y transforma una caja en un coche, está construyendo su pensamiento simbólico y social.

Según Aucouturier (2015), “jugar es representarse; jugar es afirmar su existencia en el mundo”.

3. Juego de reglas (6 años en adelante)

En esta etapa, tu hijo o hija disfruta jugar con otras personas, siguiendo reglas claras. Esto fomenta el respeto, la organización y la convivencia. Un ejemplo es cuando juega rayuela: respeta turnos, sigue normas y aprende a aceptar consecuencias si las rompe.

Imagen

¿Qué áreas desarrolla el juego?

Para Lourdes Rodríguez, el juego impulsa el desarrollo integral de tu peque porque activa distintas áreas al mismo tiempo:

  • Área motora: mejora la coordinación, el equilibrio y el dominio corporal.
  • Área cognitiva: estimula la atención, la memoria, el razonamiento, la imaginación y el lenguaje.
  • Área emocional: le permite expresar sus sentimientos, resolver conflictos internos y fortalecer su autoestima.
  • Área social: fomenta la empatía, el respeto por los demás, el trabajo en equipo y la resolución de problemas.

Un ejemplo simple, grandes aprendizajes

Cuando juegas con tu bebé a esconderte tras una cobija y aparecer de nuevo, ocurren muchas cosas al mismo tiempo:

  • percibe la textura (sensorial),
  • intenta quitar la cobija (motricidad),
  • comprende que sigues ahí aunque no te vea (cognición),
  • se ríe y disfruta contigo (afectividad)
  • y aprende a comunicarse (interacción social).

Jugar es aprender

No importa la edad que tenga tu hijo o hija, el juego será siempre un medio para explorar, crecer y expresarse. Acompañar estos momentos con atención y presencia es una forma poderosa de conectar y apoyar su desarrollo integral.


Este artículo se hizo con información de:

Aucouturier, B. (2015). La Práctica Psicomotriz a nivel educativo, preventivo y terapéutico. RELAdEI, 4(2), 205-211. https://revistas.usc.gal/index.php/reladei/article/view/4890

Jácome-Rico, R. A. (2017). El desarrollo infantil y la importancia del juego en la edad preescolar. [Tesis de licenciatura, Facultad de Estudios Superiores Iztacala]. Repositorio de Tesis Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información. https://ru.dgb.unam.mx/bitstream/20.500.14330/TES01000755776/3/0755776.pdf

Rodríguez Mortellaro, L. (2023). Juego, luego aprendo [Archivo PDF].

*El contenido de este artículo se redacta sólo con fines informativos. No puede servir como diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional. Consulta con tu especialista ante cualquier duda.
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Por favor, rellene los campos obligatorios*

Iniciar sesión

Regístrate